¿Sientes que el ruido mental te impide tomar buenas decisiones en tu operativa?
Si te cuesta mantener la calma y el control mientras tradéas, en este texto encontrarás un enfoque diferente para gestionar mejor tu mente. Aprenderás por qué vivir el momento presente —sin dejarte arrastrar por miedos pasados ni por fantasías futuras— puede ser la clave para lograr la consistencia que tanto deseas. Con ejemplos prácticos, reflexiones y un toque muy personal, verás cómo el ego y los pensamientos desordenados afectan tus operaciones más de lo que imaginas. Al final, entenderás que no basta con aplicar estrategias técnicas: el verdadero salto de calidad empieza por entrenar la mente para que trabaje a tu favor y no en tu contra. ¡Dale un giro a tu forma de hacer trading!
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Podría sonar algo controversial, porque, sin nuestra mente, no podríamos habernos interesado en el trading o elegirlo como actividad profesional, ni siquiera estaríamos leyendo este artículo. Y por supuesto, es cierto que nuestra mente funciona de manera activa y constante. Sin embargo, no somos solamente nuestra mente.

Somos fruto de cada decisión que tomamos, y la forma en que vivimos depende de nuestros pensamientos y de cómo sepamos orientarlos. Lo mismo sucede con el trading: si no aprendemos a encaminar nuestros procesos mentales, tendremos dificultades para ser rentables y consistentes.

Podemos imaginar que nuestro cuerpo es una gran caja de herramientas. Si no cuidamos cada una de ellas, se desgastan, dejan de funcionar o producen resultados deficientes. Si tienes un taladro que usas en exceso, con el tiempo la mecha se desgastará y el motor empezará a fallar.
De la misma manera ocurre con nuestra mente: si no la entrenamos y no aprendemos a dominar su comportamiento, puede jugarnos malas pasadas, tanto en la vida cotidiana como en el trading. Por eso, es crucial cuidar nuestras herramientas, y la mente es la herramienta principal de todo trader.
Vivimos en una conversación constante con nosotros mismos. Al caminar, ver un cartel o simplemente al cepillarnos los dientes, siempre hay algo que pasa por nuestra cabeza. Es muy difícil no pensar en nada; por ello, es fundamental orientar nuestros pensamientos de forma adecuada, ya que moldean permanentemente nuestras elecciones de vida.

Permitirte pensamientos nocivos puede generar una lucha interna o llevarte a decisiones poco convenientes. Por ejemplo, si te miras al espejo por la mañana y te sientes decepcionado con tu apariencia, ese pensamiento negativo repercutirá en tu estado de ánimo y autoestima. En cambio, si adoptas una actitud de cambio —sin caer en la autodestrucción—, podrás encarar los desafíos de forma más constructiva.

Las repercusiones de esta gestión mental impactan también en el trading. Si te machacas con pensamientos negativos, resultará muy difícil alcanzar la estabilidad psicológica que necesitas para ser rentable.

¿Te ha pasado alguna vez que una operación se va en contra y empiezas a inundarte de ideas sobre qué podrías haber hecho o qué deberías hacer? Surgen pensamientos como:

Esa catarata de pensamientos descontrolados no hace más que aumentar la tensión psicológica y, en muchos casos, perjudicar aún más tu cuenta de trading.

​El pensamiento desordenado puede ser adictivo, como ocurre con el cigarrillo u otras sustancias. Cuando nos acostumbramos a la idea de que “la mente no para”, nos volvemos esclavos de ese descontrol y perdemos la capacidad de disfrutar el momento presente. Si no aprendemos a administrar nuestros pensamientos, terminamos sumidos en la desesperación y en el estrés, propiciando malos resultados en nuestra operativa.

Por lo general, la mente procura que evitemos el dolor. Intenta protegernos o que no fracasemos. Sin embargo, el momento presente es todo lo que en verdad tenemos. En lugar de quedarnos atrapados en lo que hicimos en el pasado o en lo que tememos que suceda en el futuro, necesitamos enfocarnos en el “ahora”.

​Imagina una operación perdedora que activa todos esos pensamientos negativos e inseguros. La clave para dominar esa situación es observar al "pensador", es decir, tomar conciencia de que estamos siendo bombardeados por nuestra mente. Visualizar esa reacción desde un lugar externo nos ayuda a darnos cuenta de que:

La mayor parte del éxito en el trading (y en la vida) se basa en nuestra estabilidad mental y emocional. Si nos “ahogamos” en pensamientos de fracaso o miedo, nos costará enormemente ver con claridad que sólo se trata de una operación perdedora más, como muchas que tendremos a lo largo de nuestra carrera.

No será lo mismo , llegar a la base del Aconcagua y que venga el piloto de un helicóptero y nos diga que nos lleva hasta la cima. Aunque, ¡qué fantástico!. ¡Voy a llegar a la cima, sacaré las selfies, lo publicaré y tendré muchísimos likes, y será una bomba en redes sociales!, seguramente.
Pero la realidad , es que LA SUBIDA ERA EL DESAFÍO, la trepada ERA LO DIVERTIDO.
La subida es lo que tiene el real valor de la aventura, lo que me motivó a querer llegar a la cima, ir a escalar el Aconcagua.

Si nosotros no vivimos el momento presente porque solamente queremos alcanzar el futuro que tenemos marcado, no vamos a hacer el aprendizaje necesario, no vamos a vivir el momento de una manera apropiada para poder construir nuestro futuro de la manera correcta. Si solamente estamos permitiéndonos pensar en el futuro, lo mismo ocurre para con el pasado, no vamos a poder tomar las decisiones apropiadas que nos demanda nuestra situación actual, nuestro momento presente.

Es un ejercicio que se hace diariamente, y que debemos aprender a hacer de la manera correcta. Tomar la decisión, viviendo el momento presente, con lo que el momento presente nos demanda.

Observar nuestra persona, nuestra mente, nuestro personaje como “el pensador”, nos permite abstraernos para poder determinar si lo que estamos pensando es bueno o no para nosotros.
Observar al “pensador'' nos permite darnos cuenta que no somos nuestra mente.
Somos cada uno, individualmente, el amo y señor de nuestras elecciones. Y por mucho que nuestra mente nos traiga una variedad de pensamientos, algunos positivos y otros negativos, son solo pensamientos que puedo elegir, y si no puedo elegirlos, ya no estoy siendo libre, y tendremos que analizar qué nos está ocurriendo.

En consecuencia debemos controlar, administrar y orientar el propio pensamiento para poder ir a buscar nuestro propio objetivo

En los momentos de mente descontrolada debemos observar nuestra mente como si fuera ajena. Mientras más nos alejemos de la propiedad del pensamiento más fácil podremos ver cómo nuestra mente nos juega malas pasadas, cómo procura hacer trucos para llamarnos la atención para satisfacer esta necesidad que puede ser de éxito, o aversión al riesgo, o cualquiera sean los motivos de la catarata mental que procura sesgar nuestra decisión.

En esos momentos donde estamos en esa dificultad, en esa encrucijada de decisiones, nuestra mente empieza a tirarnos pensamientos negativos, dubitativos, descontrolados, que empiezan a tornarse nocivos para nuestra cuenta de trading

Tenemos esos pensamientos en múltiples situaciones de nuestra vida, pueden ser operaciones negativas, rachas perdedoras, situaciones familiares o sociales, nuestros propios detonadores, esos que cada uno, en lo personal, sabemos cuáles son, esas cosas que nos afectan , y que empiezan a sesgar, emocionalmente, nuestro fluir por la vida.

​Todo esto, desencadena pensamientos desordenados que llevan a reacciones, como la rabia, la ira, la desesperación, la desolación, la depresión. Y esto ocurre cuando nos permitimos dar lugar a esos pensamientos sin control.

Vivir en el presente implica mantener tu mente enfocada en lo que sucede en este instante. Cuando aparecen pensamientos que te llevan al pasado (por ejemplo, “la operación de la semana pasada salió perfecta, ¿por qué ahora no puedo replicarla?”) o que se adelantan al futuro (“¿y si fracaso por completo? ¿qué dirán de mí?”), conviene observarlos y no dejar que secuestren tu comportamiento.

Una práctica útil es adoptar el rol de observador. Imagínate que ves a tu mente como si fuera otra persona. Cuando logras esa separación, puedes evaluar con más objetividad si lo que piensas es funcional para tu bienestar o si es mera negatividad.

Si dejas que el ego —esa falsa identidad que solo vive en nuestra mente— te domine, operarás desde la ilusión de que ya eres “el trader perfecto” o te paralizarás por el temor de no serlo. De cualquiera de las dos formas, perderás la conexión con la realidad actual que exige el trading.

El control de la mente y el dominio de pensamientos desordenados no se aprenden únicamente operando. Es un hábito diario. Si en tu vida cotidiana sueles reaccionar de forma impulsiva, desordenada o dejando que tus inseguridades tomen el control, será muy complicado corregirlo solo en la faceta de trader.

Del mismo modo que nos ejercitamos físicamente, debemos ejercitar la paciencia y la templanza mental. Cada vez que te enfrentes a una situación difícil o tengas un “detonador” que dispare pensamientos negativos, trata de:

El camino del trading está íntimamente ligado a nuestro propio equilibrio mental y emocional. La importancia de vivir el presente radica en que, desde él, podemos tomar las mejores decisiones sin ser arrastrados por ansiedades futuras o culpas pasadas.

Cuando aparece una operación en pérdida que nos inquieta, debemos detenernos y darnos la oportunidad de analizar la situación desde el ahora, sin escuchar ese aluvión de pensamientos descontrolados. Practicando la observación interna y alejándonos de la impulsividad, ganaremos solidez y consistencia.

El ego y el pensamiento desordenado son los principales enemigos de un trader rentable. En cambio, una mente entrenada para enfocarse en lo verdaderamente importante —el instante actual— puede convertir los desafíos diarios en un aprendizaje continuo que, a la larga, nos ayuda a crecer en el trading y en la vida.

Muchas gracias por dedicar tu tiempo a esta lectura.

Espero sinceramente que estas reflexiones te resulten útiles, nacen de mi propia experiencia y deseo compartirlas de la mejor manera para que sumen en tu camino.
Recuerda siempre, que no vivimos para operar, operamos para vivir.
Al terminar la sesión de trading, la vida continúa y nos está esperando con más aprendizajes y nuevas oportunidades.

¡Hasta muy pronto!

Jere Masih




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